Aulas para respirar seguros
La calidad del aire importa más que nunca desde la llegada del coronavirus a nuestras vidas.
Decía Albert Einstein que una crisis era lo mejor que podía sucederle a las personas y a los países, porque trae progresos. Hay crisis y crisis, y quizás no era necesaria una pandemia para coincidir con este gran genio del siglo XX, pero lo cierto es que la crisis provocada por la COVID 19 propicia cada día grandes oportunidades para innovar y avanzar en la lucha contra el coronavirus.
Una de ellas está siendo aprovechada por Ernesto Gutiérrez Rodríguez, empleado de ENAIRE en la Región Balear, que durante estos últimos meses está participando en un proyecto para la medición de la calidad del aire en las aulas, debido a su implicación en la transmisión aérea del SARS CoV-2, el virus que causa la COVID 19.
Makespace Mallorca aúna a personas que disfrutan del háztelo tu mismo usando nuevas tecnologías digitales e industriales
Makespace Mallorca se unió el año pasado a Coronavirus Makers, “un movimiento generado de manera espontánea” por personas que pusieron sus impresoras 3D a disposición de la lucha contra la pandemia “para fabricar, entre otras cosas, pantallas protectoras para el personal sanitario y esencial. Esta asociación contribuye también a este movimiento con este proyecto, con el que están diseñando e implementando un sistema de medición de la calidad del aire.
El proyecto lo lleva a cabo Makespace Mallorca, asociación a la que Ernesto pertenece y que aúna a personas que “disfrutan del ´háztelo tu mismo´ usando nuevas tecnologías digitales e industriales”, según describe su propia página web. Esta asociación se unió el año pasado a Coronavirus Makers, “un movimiento generado de manera espontánea” por personas que pusieron sus impresoras 3D a disposición de la lucha contra la pandemia “para fabricar, entre otras cosas, pantallas protectoras para el personal sanitario y esencial”, cuenta Ernesto.
Este proyecto se centra en encontrar una solución a lo más difícil: medir esa calidad de aire antes de ventilar en exceso cuando hay bajas temperaturas
Makespace Mallorca contribuye también a este movimiento con este proyecto, con el que están diseñando e implementando un sistema de medición de la calidad del aire, “enfocado a la monitorización de la concentración de CO2 en las aulas, entre otros parámetros”, según explica Ernesto. Para su realización se ha utilizado la impresión 3D, con la que se han creado los modelos funcionales del equipo.
La calidad del aire importa más que nunca desde la llegada del coronavirus a nuestras vidas, pero especialmente desde que las condiciones meteorológicas impiden realizar actividades al aire libre y mantener los interiores ventilados de forma continúa.
Los estudios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC-LIFTEC) “han comprobado que en el interior de una estancia, concentraciones superiores a 700 Partes Por Millón (PPM) indicarían que las personas que se encuentran en su interior estarían respirando el aire ya respirado por otra persona, con el consiguiente riesgo de transmisión por aerosoles del SARS CoV-2”, explica Ernesto, “de ahí la importancia de mantener una ventilación cruzada (ventanas y puertas en lados opuestos) en las aulas y medir la concentración de CO2”.
Este proyecto se centra precisamente en encontrar una solución a lo más difícil: medir esa calidad de aire antes de ventilar en exceso cuando hay bajas temperaturas, “tratando, dentro de lo posible, de no perder el confort térmico”, añade Ernesto. “Desarrolla desde cero un sistema de basado en 5 tipos de sensores para medir, respectivamente, la concentración de partículas de diámetro inferior a 2,5 micras (PM2.5), el CO2, la temperatura, la humedad y la presión atmosférica”, explica. “Dispone de un pequeño display en pantalla de tecnología OLED, donde se muestran los valores localmente y un semáforo mediante diodos LED para mostrar de un vistazo en qué rango de niveles de CO2 nos encontramos”, continúa. “Además, dispone de un sistema de alimentación ininterrumpida capaz de asumir cortes de alimentación de tres horas, y gracias a la conectividad wifi permite enviar los datos a un servidor, lo que supone poder analizarlos posteriormente y extraer conclusiones, o realizar la monitorización en remoto”, concluye Ernesto.
No hay duda de que proyectos innovadores como este ayudarán a encontrar soluciones a problemas específicos de esta crisis. Pero harán mucho más: permitirán que su tecnología pueda ser aplicada con objetivos diferentes para los que fue creada y, con ello, también grandes avances.
No hay duda de que proyectos innovadores como este ayudarán a encontrar soluciones a problemas específicos de esta crisis